Una Hacienda en Sevilla. Más de cien años apostando por el cultivo de secano

Cuenta Warren Buffet, uno de los grandes gurús financieros de nuestro tiempo, que una de las claves para alcanzar el éxito es la de invertir exclusivamente en algo que se conozca. No tiene por qué ser novedoso, sino simplemente exitoso. La presente hacienda en venta lleva más de cien años consagrada al cultivo del olivo primero y al de los productos de secano después.

A diferencia de otras grandes fincas sevillanas, esta hacienda en venta ha sabido integrar en un mismo complejo actividades tan diversas como la explotación agraria y el turismo rural de calidad. Ciertamente, no le faltan alicientes para triunfar en ambos ámbitos. La finca vio la luz en una época de constantes cambios tanto en Sevilla como en el resto de España. La ocupación francesa seguía en la retina y el orden liberal emanado de Cádiz hacía aguas por su incapacidad para dar entrada al sistema a amplias capas sociales. La capital andaluza sin embargo saldría enormemente fortalecida a partir de 1850.

Con la llegada del ferrocarril, proyecto estrella de los distintos Consejos de Gobierno que se sucedieron durante el reinado de Isabel II, Sevilla volvía a estar plenamente integrada en el eje económico de España. Las conexiones con Madrid, Bilbao, Barcelona o Valencia experimentaron una notable mejoría que redundaría en una revitalización de la actividad económica local y de las fincas circundantes. De este modo, la ciudad hispalense se libraría de sus obsoletas murallas medievales para dar cabida al gran aumento demográfico del periodo. La llamada clase media comenzaría a ganar posiciones y se formaría una burguesía análoga a la de otras grandes ciudades españolas. Sevilla volvía a estar en el mapa.

Entre tanto, la finca en venta que nos ocupa comenzaría a llenar los mercados sevillanos con sus tinajas de aceite de gran calidad. Un siglo y medio después, los campos de girasoles y cereales se han convertido en la estampa más representativa de la hacienda. Paralelamente, las comodidades del antiguo caserío permiten albergar celebraciones multitudinarias y ofrecer alojamiento a más de veinte huéspedes. Dividida en tres grandes apartamentos, la finca en venta cuenta con piscina y pista de tenis.