Mil años dan para mucho. Un antiguo pazo de defensa.

Vivir en una propiedad que cuenta con un milenio de antigüedad es una experiencia que empuja inevitablemente hacia la reflexión. ¿Cuántos huéspedes habrá albergado con anterioridad? ¿Qué relación ha tenido con su territorio durante todo este tiempo? ¿Cómo ha sobrevivido a episodios históricos de lo más dispares? La presente finca lo resume a la perfección.

Concebida como un pazo de defensa allá por el s. XI (cuando todavía más de la mitad de la Península Ibérica estaba bajo dominio musulmán), el cometido de esta propiedad no era otro que servir como dique de contención frente a posibles ataques no solo de los vecinos musulmanes sino de los propios reinos cristianos que comenzaban a florecer y que no tenían excesivos reparos en crecer territorialmente a costa de territorios de su misma fe. Situada en el Concello de Oza dos Ríos (A Coruña), la finca tenía también otras preocupaciones, ya que los buques normandos convirtieron a Galicia en un destino muy recurrente en aquellos años.

Paralelamente, el s. XI es también el momento en el que empieza a tomar forma la que sería una de las rutas de peregrinaje más famosas y recorridas de toda la historia: el Camino de Santiago. Baste señalar a este respecto que las obras de la cercana Catedral de Santiago de Compostela comenzaron precisamente en 1075. Entretanto, el Reino de Galicia se convertía también en una realidad al coronarse a Alfonso VII a comienzos del s. XII, dando inicio así a la primera entidad político-administrativa exclusivamente gallega, cuyos límites y territorios serían respetados posteriormente de cara a la división provincial de España.

Estos son solo algunos de los acontecimientos más importantes que jalonaron los primeros compases de vida de este pazo defensivo. En la actualidad, la propiedad con 1.200 metros cuadrados, de los cuales 532 ya han sido construidos, y está rodeada por una espesa capa forestal que se extiende a lo largo de cuarenta hectáreas. Sus notables dimensiones, su reconocimiento institucional (está incluida en el registro de torres, pazos y linajes provinciales) y sus notables instalaciones (dispone de una iglesia del s. XI) completan las bondades de la finca.