La masía es la propiedad más emblemática de Cataluña, hasta el punto de que, popularmente, cualquier gran familia catalana que se precie debe contar con una de estas casonas. En realidad, esta visión tan tradicional ha experimentado ciertas modificaciones en los últimos años. Las masías y otras propiedades de prestigio pueden convertirse igualmente en segundas residencias para visitantes extranjeros o, incluso, en excelentes oportunidades de inversión.
Como breve introducción histórica y artística, basta apuntar que las masías son grandes propiedades que se encuentran en el interior de Cataluña, siendo particularmente habituales en la provincia de Barcelona. Concebidas como casas de campo, las masías suelen contar con varias alturas y su estructura está formada por gruesos bloques de piedra.
Convencionalmente, estos edificios eran el centro de una explotación agrícola, de ahí que sirvieran tanto como vivienda como almacén.
Con el paso del tiempo, muchas masías se convirtieron en auténticas fincas de lujo, con una vocación netamente recreativa.
Invertir en una masía en venta permite disfrutar de un alojamiento excepcional en las localizaciones más variadas. Lo más usual es que las casas se encuentren en las comarcas más rurales o montañosas aunque también hay propiedades de prestigio que se sitúan a caballo entre el interior y la costa.
De este modo, los residentes se benefician de la tranquilidad de un paraje alejado de las grandes aglomeraciones urbanas, al tiempo que pueden acceder con bastante facilidad a algunas de las playas y calas más bellas del litoral catalán. La norma común a todas las casonas son sus altas prestaciones y la comodidad de sus estancias.
Ligado a lo anterior, muchos inversores extranjeros se han interesado por las fincas de lujo catalanas con vistas a la explotación de un negocio turístico. Los alicientes en este sentido son considerables. El gran tamaño de las propiedades permite su uso como hotel rural o su alquiler temporal a familias y/o grupos de amigos.
Conviene recordar que existe una tendencia dentro del segmento más exclusivo del mercado turístico que consiste en buscar alojamientos fuertemente vinculados con la historia y las tradiciones del entorno.
Difícilmente puede lograrse una aproximación más pura a la cultura catalana que desde una masía.