La compra venta de cigarrales en Toledo.

Los cigarrales. El legado de una tradición centenaria

La esencia medieval de Toledo tiene más presencia que nunca en los cigarrales. Estas fincas emblemáticas dispersas por los alrededores del río Tajo son un ejemplo de elegancia, distinción y esplendor arquitectónico.

Origen de las fincas señoriales con más solera de Toledo

El origen exacto de estas construcciones es todavía algo difuso, pero se tiene constancia de ellas desde mediados del siglo XV. Es este un momento de calma en Toledo, una ciudad cuya historia quedaría marcada por tres culturas: la árabe, la judía y la cristiana.

Es también el momento de una renovación en el plano urbano de la ciudad y de su ampliación a la otra margen del río.

Allí la burguesía toledana empieza a adquirir grandes extensiones de terreno con sus respectivas viviendas, utilizadas por lo general por temporadas y como segunda residencia.

¿En que se caracterizan los cigarrales?

Los cigarrales son grandes fincas de recreo rodeadas de cultivos y árboles frutales. Esto justifica el hecho de que se emplazaran siempre cerca de pozas, charcas o el propio río Tajo.

Tratándose de propiedades tan extensas, el mantenimiento de estas fincas exigía la presencia constante de los guardeses o cigarraleros, por lo que junto a la vivienda principal se erigía una construcción secundaria destinada a los trabajadores.

El germen de este tipo de propiedades se remonta a la época de los romanos, pero no así el origen de su denominación, que continúa siendo un misterio.

Con todo, está muy extendida la opinión de que el término fue acuñado por el ruido que hacían las cigarras en estos terrenos durante los meses de verano.

Una propiedad singular con la esencia de la Vega del Tajo

El contacto directo con la naturaleza es uno de los rasgos característicos de estas fincas emblemáticas y esta propiedad en venta refleja esa identidad de un modo excepcional.

Un terreno de casi 12 hectáreas y a tan solo 2,5 km de Toledo, con piscina y pista de tenis y en un entorno idílico.

Esta propiedad singular está dividida en dos parcelas de gran edificabilidad ocupadas por 600 olivos centenarios, cipreses, encinas y pinos que resaltan el carácter eminentemente rural de la finca. Esto a su vez aporta valor al inmueble de 650 m2 que puede ser empleado como residencia o como negocio de restauración.

En sus dos alturas, esta construcción de los años 70 recoge la tradición toledana de los artesonados medievales, la arquitectura renacentista y los azulejos de los siglos XVI y XVII presentes en zócalos y chimeneas.

 Sin duda una inversión inmobiliaria con mucho potencial.