Extremadura. Casas rurales en venta y hoteles con encanto.

El valle del Jerte, la experiencia más relajante.

El Valle del Jerte es un destino que no suele aparecer en las guías de viajes por España y semejante agravio bien merece una rectificación. Este paraje extremeño sumerge al viajero en la naturaleza y le permite descubrir paisajes apenas trastocados por el hombre. En definitiva, un marco excepcional para refugiarse en una casa rural.

El atractivo turístico del Valle del Jerte no se reduce a los meses en los que los cerezos están en flor (aunque su belleza durante este periodo resulte imposible de igualar). El senderismo y los deportes de montaña están presentes durante la mayor parte del año y los excursionistas disponen de senderos acondicionados para llevar a cabo una práctica más enriquecedora y segura. Dentro de las opciones de senderismo destaca la ruta que lleva hasta la garganta de la Puria, en la que la mayoría de tramos resultan accesibles para grupos y niños.

Según dónde se ubique la casa rural en que nos alojemos tendremos acceso directo a algún punto concreto del parque pero no por ello resulta menos recomendable acudir a algún punto de información oficial (la mayoría de servicios de alojamiento lo incluyen). Los más aficionados a los deportes extremos pueden informarse también sobre la posibilidad de recibir una pequeña clase de parapente antes de lanzarse entre las montañas del valle. Cabe destacar que existen hasta tres pistas habilitadas para este tipo de actividades, que ponen la nota de emoción al viaje. Es otro elemento a considerar si se está pensando en adquirir casas rurales en venta.

Y es que, aunque el gran reclamo del parque sea la tranquilidad y la simbiosis con la naturaleza, sus características se prestan a un turismo más activo. En cualquier caso, lo más placentero es la vertiente gastronómica, que, como no podía ser de otro modo, tiene en las cerezas su manjar más excelso. La variedad local, la picota, alcanza su punto idóneo de maduración entre mayo y junio, momento en el que el valle pone a pleno rendimiento su actividad recolectora y exportadora. En definitiva, una recomendable experiencia de turismo de interior que propicia un mayor interés inversor en las casas rurales en venta.