Un Cortijo Histórico del Siglo XVIII en Venta
Una finca olivar y de recreo del siglo XVIII, con rentabilidad potencial superior al 8%, importantes subvenciones, elevada producción y buenos ingresos.
Dicen los lugareños que es el cortijo más grande de Sierra Morena: el que más ventanas tiene.
A día de hoy, los cortijos pasan por ser las fincas rurales más representativas de Andalucía. Se trata de un sistema de asentamiento disperso y caracterizado por la presencia de tierras dedicadas al cultivo o al cuidado de ganado. Una fisionomía que comenzó a coger forma durante la ocupación musulmana de la península Ibérica.
El Cortijo los Corteses, está afiliado a la Asociación de propietarios de casas históricas y singulares, perteneciente a la U.E. de Asociaciones de Casas Históricas. La propiedad dispone de 14.000 olivos ecológicos con certificación CAAE, todos ellos centenarios y de magnífico porte, siendo la variedad predominante la picual. Elevada producción con un alto rendimiento.
Los Corteses es hoy una magnífica hacienda en donde se combinan la belleza del pasado y la comodidad del presente siendo un ejemplo de la arquitectura más tradicional andaluza, vestigio de su pasado agrícola y monumento vivo de su cultura, que ha pervivido gracias al empeño de sus dueños.
La finca tiene una extensión registral de 205 hectáreas bajo una misma linde (150 hectáreas de olivar y 55 de monte), vallada en parte con malla cinegética y en parte con malla ganadera. Su topografía es ondulada, sin existir pendientes pronunciadas. La finca tiene posibilidad para el regadío por su abundante agua subterránea. Igualemente, por la disponibilidad de buenos pastos, la propiedad es muy apta para la cría ganadera, tanto ovina como equina y porcina.
Sus muros de piedra y cal, con cerca de un metro de espesor, sus techos abovedados, sus patios, sus jardines, sus fuentes y arroyos, sus manantiales de cristalinas aguas que desde siglos están brotando, o su capilla, hacen de él un lugar privilegiado, el último edén, en donde el tiempo se para y nuestros sentidos se abren al mundo.
Fue antiguo asentamiento visigodo, cuyos restos aún perduran, refugio en el pasado de monjes salteadores y escenario de la Guerra Civil Española.
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