Una casa palacio en venta en Valencia

Una impresionante fusión de culturas

Cuando se habla de la Valencia musulmana y de la conquista de Jaime I es común pensar solamente en las grandes villas, en los campos de la Ribera y en la cultura valenciana en general. Sin embargo, una mirada más exhaustiva nos permite descubrir lugares como Albalat dels Tarongers, una preciosa villa donde lo cristiano y lo musulmán encajaron perfectamente.

El presente palacio, conocido en la zona como la Casa del Castell (Casa del Castillo en castellano), se sitúa justo en el centro de la población y fue edificado tras la conquista cristiana, probablemente en la segunda mitad del s. XIV. La estructura, verdaderamente monumental, resulta visible desde varios kilómetros a la redonda, al tiempo que desde las almenas del castillo pueden divisarse muchas de las tierras que rodean el río Palancia. En cualquier caso, a pesar de su datación más de un siglo después de la llegada de los cristianos, los elementos de otras culturas resultan innegables.

Por un lado, los arcos de las ventanas exteriores conservan no pocos de los motivos decorativos mudéjares, aspecto al que se le suma la austeridad general de la construcción. No debe pensarse que la arquitectura militar musulmana era siempre sinónimo de lujo y exuberancia, por lo que este patrón constructivo no difería tanto del adoptado por los cristianos en el norte. Por otro lado, la fortificación recupera elementos propios de la tradición visigótica, rescatados a su vez de la civilización romana. Por supuesto, en época musulmana existía una alquería en la zona, siendo probable que el actual castillo se levantara sobre una casa señorial interior.

El palacio en venta que nos ocupa compensa la sobriedad exterior con estancias de gran belleza ornamental y perfectamente equipadas para un uso residencial o comercial. Lógicamente, las características de esta gran propiedad la convierten en una casa rural o en un hotel en potencia. Cabe destacar que la casa señorial es un activo turístico en sí misma, ya que sus dependencias incluyen elementos históricos de gran valor que permiten a los visitantes sumergirse en el último siglo de la Edad Media. Las restauraciones posteriores han contribuido a mejorar su habitabilidad sin comprometer su esencia.