Antiguos hoteles con historia en venta.

Una propiedad emblemática y con mucha historia en Zafra.

Hay edificios que, por diferentes motivos, acaban vinculándose de manera muy intensa con la ciudad en la que se sitúan.

 Independientemente de su origen o de sus funciones, una propiedad emblemática es, en sí misma, un monumento histórico que no puede dejar de visitarse.

El presente edificio singular actualmente en venta en Zafra es un buen ejemplo de todo lo anterior.

Zafra es una pequeña ciudad situada en el centro de la provincia de Badajoz y que ha actuado históricamente como un importante punto de encuentro entre diferentes rutas y carreteras. Es por ello que siempre ha disfrutado de una gran vitalidad y que su célebre Feria Internacional Ganadera sea una de las más populares de España. Por otro lado, la localidad dispone de un notable patrimonio cultural, en el que sobresale el monumental Palacio de los Duques de Feria.

Cabe destacar que, al igual que otros municipios extremeños, Zafra envió numerosos aventureros y conquistadores a América durante el s. XVI.

La propiedad emblemática que nos ocupa es otro testimonio histórico muy relevante aunque de una época bastante distinta. Nos encontramos en 1912, cuando la ciudad empezaba a disfrutar de un ambiente social cada vez más animado.

De hecho, el inmueble nacía expresamente para acoger un hotel en plena plaza de España, función que desempeñaría hasta 1963. Durante todo este tiempo, las minuciosamente decoradas habitaciones recibieron a huéspedes muy ilustres, incluyendo cantantes, toreros o altas autoridades del Estado (como Manuel Azaña).

De marcado estilo modernista (con una fachada a base de azulejos rosas), el hotel ha contrastado desde sus orígenes con el resto de palacetes que pueblan una ciudad declarada Conjunto Histórico-Artístico de Interés Nacional.

Por lo que respecta a las características más específicas de este edificio singular, nos encontramos con algo más de 1.200 m2 construidos y divididos entre dos locales comerciales (con acceso desde la plaza de España) y la vivienda principal.

Esta está dividida, a su vez, entre el espacio habitable propiamente dicho (con seis habitaciones) y las oficinas que ocupan la segunda y última planta del inmueble.

Semejante reparto del espacio disponible abre la puerta a diferentes fórmulas de explotación de esta emblemática propiedad.