El Barri Vell de Girona, edificios históricos en un plató de cine

En el verano de 2015, la localidad de Girona se convirtió en uno de los platós de rodaje más observados del planeta con la filmación de distintas escenas de la popular serie televisiva Juego de Tronos.

 La elección no pudo ser más acertada por el excelente grado de conservación del casco antiguo y su inconfundible esencia medieval. Un enclave excepcional para buscar edificios históricos y propiedades singulares en general.

El centro histórico de Girona recibe el nombre de Barri Vell (barrio viejo, en castellano), constituyendo uno de los conjuntos monumentales medievales más importantes de España. El gran punto de referencia de este cautivador espacio es la Catedral de Santa María, que presume de contar con la nave de estilo gótico más ancha de Europa.

Esta es, sin duda, una de sus principales señas de identidad que resultan fácilmente identificables desde el exterior, dado que el templo se muestra muy compacto pese a sus considerables dimensiones. Lógicamente, la escalinata situada a los pies de la Catedral es otro punto emblemático.

Aunque el Barri Vell no está claramente delimitado en la actualidad, en el s. XIV estaba claramente acotado por una muralla de la que solo restan ciertos tramos, por cierto, muy bien preservados. Eso sí, conviene no confundir esta estructura defensiva con los todavía más escasos restos de la muralla romana, que se encuentran casi exclusivamente en las cercanías de la Catedral.

También cerca de este recinto se sitúa la Basílica de Sant Feliu, quizá algo menos conocida que el principal templo de la ciudad, pero no menos relevante en términos estéticos. En su caso, causan especial impresión la imponente torre-campanario y el paso del río Oñar a sus pies.

Mantenemos la referencia de la Catedral porque justo detrás de esta localizamos la Torre Gironella, otro testimonio de las antiguas fortificaciones de Girona. Forma parte de la muralla romana, si bien no está claro cuándo fue erigida y algunos investigadores sostienen que, como núcleo habitado, podría ser anterior incluso a la conquista romana.

Reorientando los pasos hacia el sur, el visitante se adentra casi sin darse cuenta en el Barrio Judío, con el Museo de Historia de los judíos recordándonos la importancia de este pueblo en la historia medieval de la ciudad.

La riqueza patrimonial gerundense todavía daría para llenar muchos más párrafos, con el Monasterio Benedictino de San Pedro de Galligans o el Palacio Episcopal como algunos de los edificios históricos pendientes.

 En cualquier caso, Girona también alberga distintas casas señoriales y propiedades singulares que actualmente se encuentran a la venta, constituyendo una oportunidad de inversión con la historia como principal aliciente.

 En este sentido, la compra de activos como futuros alojamientos turísticos es uno de los propósitos preferentes de los inversores. Desde luego, el emplazamiento reúne todos los requisitos.