Viviendas de lujo en Marbella, un ambiente exclusivo

Si hubiera que destacar una ciudad española como sinónimo de exclusividad y lujo muy probablemente Marbella se colaría entre los lugares más comentados.

La ciudad de la Costa del Sol es especialmente pródiga en visitantes de renombre y cuenta con algunas de las zonas residenciales más cotizadas de España. Pero, ¿qué ofrece exactamente a los inversores?

Adquirir una villa de lujo o un chalet en Marbella es una inversión que resulta posible rentabilizar por vías muy distintas. En primer lugar, por su explotación como vivienda particular. La localidad malagueña ha crecido de manera vertiginosa desde los años ochenta y en la actualidad goza de todo tipo de infraestructuras y servicios necesarios tanto para pasar unas vacaciones de ensueño como para vivir allí de manera regular.

Cabe destacar que el Ayuntamiento local ha realizado importantes inversiones para acomodar la ciudad a las exigentes demandas de los nuevos residentes. Un valor añadido en toda regla.

La seguridad es otro punto a favor de la inversión residencial en Marbella. No hay una sola zona residencial sin la debida iluminación y sin patrullas regulares, al tiempo que el ambiente en general transmite una gran tranquilidad a los residentes.

De cara al mercado extranjero, la ciudad ha sabido vender un pack muy completo por un precio sensiblemente inferior al de otras zonas glamorosas como Mónaco.

De este modo, británicos, rusos y escandinavos son algunos de los foráneos más habituales en la ciudad, destacando por un alto nivel adquisitivo que propicia a su vez que el Ayuntamiento vele por el estado de Marbella. Un círculo virtuoso.

Este último aspecto nos lleva a la segunda manera de explotar una villa de lujo marbellí, su arrendamiento como chalet vacacional. Lo más interesante en este sentido es enfocarla a los mercados anteriormente comentados, en tanto se trata de un destino muy conocido en esos países y el propietario puede beneficiarse de este prestigio.

No pocos de estos veraneantes valoran el reducido tamaño de la ciudad (en comparación con otros destinos exclusivos) como una garantía de intimidad. Paralelamente, la oferta lúdica incluye campos de golf, parques infantiles, locales nocturnos y calles comerciales con tiendas de primeras marcas.