Un hotel con encanto en un idílico entorno.

Las casas rurales ganan en atractivo cuando combinan sus cualidades interiores con elementos externos especialmente vistosos para el turismo. Tal sería el caso de las corrientes artísticas o tradiciones constructivas propias de una determinada región, que se convierten en un reclamo excepcional para hoteles con encanto como el que nos ocupa.

Localizada en la pequeña población asturiana de Somao, esta propiedad está rodeada por magníficos exponentes de la arquitectura indiana. El fenómeno de los indianos tiene en Asturias una de sus zonas más representativas, pues no pocos de aquellos humildes hombres que hicieron el viaje de ida y vuelta a América y regresaron enriquecidos eran asturianos. Por lo que respecta a los indianos de Somao y alrededores, la gran mayoría emigraron a Cuba, generalmente a finales del s. XIX. De hecho, los principales palacetes construidos por estos acaudalados emigrantes denotan una marcada influencia de las construcciones antillanas.

El otro sesgo característico de estos edificios es su monumentalidad. Sus propietarios querían exhibir con la mayor elocuencia posible su poderío económico, por lo cual sus viviendas muchas veces se sobrecargaban con elementos ornamentales. Algunas de las mansiones indianas de Somao cuentan incluso con torres y pináculos, denotando la escasa cultura arquitectónica de sus promotores, más pendientes de asombrar a los transeúntes que de seguir un determinado patrón estilístico. En cualquier caso, los interiores de los palacios sí que suelen respetar un orden bastante claro, abundando las obras de arte y los muebles de gran valor. Además, al abrigo de estas mansiones se levantaron parques y frondosos jardines que hoy disfrutan todos los vecinos.

El presente hotel con encanto de muy reciente construcción cuenta con once habitaciones perfectamente equipadas y con vistas a la gran riqueza natural del entorno. La casa rural dispone de calefacción, ascensor y aparcamiento privado, al tiempo que organiza actividades deportivas por el Nalón y las montañas. Paralelamente, también se ofrecen rutas turísticas con trasfondo cultural por las localidades limítrofes. Entre las dependencias interiores sobresale el acogedor salón central, que dispone de más de ochenta metros cuadrados, y el notable restaurante propio, que permite degustar los más sabrosos platos de la gastronomía local.