Un alojamiento rural en venta en el interior de Castellón

Castellón es una provincia especialmente conocida por la calidad de sus playas, que se enmarcan en la Costa Azahar, pero también está muy conectada con la tradición rural o de interior.

La presente casa señorial del s. XVII, totalmente rehabilitada y que sirve como alojamiento rural, nos acerca a esta realidad.

Situada en el municipio de Vilafamés, la casa rural en cuestión está totalmente integrada en el entramado medieval todavía visible en la localidad. Esto llama poderosamente la atención porque supone que los acaudalados promotores del edificio prefirieron el centro de la población a las zonas más alejadas y próximas a las explotaciones agrícolas. Un comportamiento peculiar pero que resulta sintomático de los sucesos que acompañaron su construcción.

A mediados del s. XVII, Vilafamés dejó de estar vinculada a la Orden de Montesa para pasar a ser una villa real. Quizá este hecho explique por qué los señores vieron con mejores ojos su instalación en la población.

Que la estructura de la propiedad (paredes, elementos decorativos y planta) haya llegado en tan buen estado de conservación a la actualidad es bastante meritorio si tenemos en cuenta que la ciudad fue reiteradamente atacada por las tropas carlistas que bajaron del Maestrazgo en la Primera Guerra Carlista.

La resistencia de las murallas medievales y los lugareños se puso a prueba hasta en tres ocasiones y en dos de ellas los habitantes de Vilafamés apenas contaron con apoyo militar. Los carlistas se estrellaron una y otra vez contra las defensas locales y la casa señorial se mantuvo intacta.

Hoy, todas esas gestas y curiosidades no hacen sino poner en valor el atractivo de una casa rural que ha sabido conservar lo mejor de su pasado con las comodidades más notables del presente. El recinto ya está siendo explotado como alojamiento de interior y dispone de nueve habitaciones, aunque pueden habilitarse hasta cuatro más para ampliar la oferta, varios espacios comunes y un amplio restaurante.

Las vistas al castillo, a la población y a la sierra contribuyen a generar una sensación de gran tranquilidad, al tiempo que las conexiones son muy buenas (el aeropuerto de Castellón se sitúa a quince minutos).